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Mou pide más presión, atención y defensa Miér Feb 15, 2012 11:44 am
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Mou pide más presión, atención y defensa
Mourinho no está contento, sino preocupado porque a su equipo le meten demasiados goles en el Bernabéu, especialmente desde que el Madrid volvió de las Navidades.
A pesar de los diez puntos de ventaja sobre el Barça, de presentar unos números para batir todos los récords históricos de la Liga, de tener en la mano la posibilidad de devolver el campeonato al Real Madrid cuatro años después y de haberse metido en el bolsillo al público del Bernabéu, José Mourinho no está contento. El míster del equipo que tiene boquiabierta a Europa no se conforma con la excelencia, quiere la perfección.
Mou no está contento, sino preocupado porque a su equipo le meten demasiados goles en el Bernabéu, especialmente desde que el Madrid volvió de las Navidades. En 2012, el conjunto ha encajado goles en todos y cada uno de los seis partidos oficiales disputados en su estadio. En la Copa, Málaga y Barcelona hicieron sendos dobletes en el estadio madridista. En la Liga, también han mojado los cuatro rivales: Granada, Athletic, Zaragoza y Levante (2). En total, nueve goles encajados en seis partidos en el Bernabéu.
La debilidad defensiva del equipo blanco en casa se convierte en fortaleza cuando el Madrid sale lejos del Bernabéu. El problema, por tanto, no es estructural sino de falta atención, como el estudiante que se despista cuando tiene controlada una materia. Mourinho lo sabe y por eso ha repetido la misma cantinela a sus futbolistas después de los tres últimos partidos en casa -Athletic, Zaragoza y Levante-:"Hay que defender en casa igual que defendemos fuera, no podemos tener estos despistes".
Las estadísticas de la Liga, esa competición que el Madrid de Mourinho domina con brazo de hierro, dicen que el líder sería penúltimo en la clasificación de goles encajados como local. El Sevilla, con 16 tantos en contra, iría colista y depués, un trío de equipos formado por Málaga, Real Madrid y Zaragoza, que han concedido 15 goles como locales. Mourinho, casi desde el primer entrenamiento, dejó clara una vieja enseñanza a sus jugadores, que se cansó de repetir también en sus primeras entrevistas en España: "Todos los grandes equipos de la historia se han construido de atrás hacia adelante". De ahí su obsesión porque su Madrid se blinde atrás.
El portugués trabajó durante sus dos primeros meses en el Madrid casi de forma exclusiva con la forma de defender, de presionar, de situarse para robar la pelota al contrario. Lo hizo desde la máxima exigencia y con más de una voz cuando sus futbolistas no se movían como él exigía. Por eso, igual que el Sargento de Hierro se cambiaba cada mañana la camiseta para mantener a su pelotón con la atención máxima, Mou no para de insistir a sus jugadores para que no se despisten ni piensen que la Liga está ganada a pesar de la ventaja. "Más atención, más presión, más defensa", les dice el técnico en cada entrenamiento.
La obsesión de Mourinho es evitar que esos despistes defensivos que tiene el Madrid en los partidos ligueros en el Bernabéu se trasladen a la Champions. Por eso, insiste machaconamente a sus jugadores, ahora más que nunca, con la regla número úno para ser campeón de Europa. "¿Cuál es la primera norma para ganar la Chempions?", dice al vestuario. "No encajar goles en casa", responde siempre alguno, aunque todos se saben la lección. Mou es consciente de que encajar goles en el Bernabéu es una prima de riesgo inasumible si el Madrid quiere cotizar al alza en el mercado de la Champions.
Mourinho no está contento, sino preocupado porque a su equipo le meten demasiados goles en el Bernabéu, especialmente desde que el Madrid volvió de las Navidades.
A pesar de los diez puntos de ventaja sobre el Barça, de presentar unos números para batir todos los récords históricos de la Liga, de tener en la mano la posibilidad de devolver el campeonato al Real Madrid cuatro años después y de haberse metido en el bolsillo al público del Bernabéu, José Mourinho no está contento. El míster del equipo que tiene boquiabierta a Europa no se conforma con la excelencia, quiere la perfección.
Mou no está contento, sino preocupado porque a su equipo le meten demasiados goles en el Bernabéu, especialmente desde que el Madrid volvió de las Navidades. En 2012, el conjunto ha encajado goles en todos y cada uno de los seis partidos oficiales disputados en su estadio. En la Copa, Málaga y Barcelona hicieron sendos dobletes en el estadio madridista. En la Liga, también han mojado los cuatro rivales: Granada, Athletic, Zaragoza y Levante (2). En total, nueve goles encajados en seis partidos en el Bernabéu.
La debilidad defensiva del equipo blanco en casa se convierte en fortaleza cuando el Madrid sale lejos del Bernabéu. El problema, por tanto, no es estructural sino de falta atención, como el estudiante que se despista cuando tiene controlada una materia. Mourinho lo sabe y por eso ha repetido la misma cantinela a sus futbolistas después de los tres últimos partidos en casa -Athletic, Zaragoza y Levante-:"Hay que defender en casa igual que defendemos fuera, no podemos tener estos despistes".
Las estadísticas de la Liga, esa competición que el Madrid de Mourinho domina con brazo de hierro, dicen que el líder sería penúltimo en la clasificación de goles encajados como local. El Sevilla, con 16 tantos en contra, iría colista y depués, un trío de equipos formado por Málaga, Real Madrid y Zaragoza, que han concedido 15 goles como locales. Mourinho, casi desde el primer entrenamiento, dejó clara una vieja enseñanza a sus jugadores, que se cansó de repetir también en sus primeras entrevistas en España: "Todos los grandes equipos de la historia se han construido de atrás hacia adelante". De ahí su obsesión porque su Madrid se blinde atrás.
El portugués trabajó durante sus dos primeros meses en el Madrid casi de forma exclusiva con la forma de defender, de presionar, de situarse para robar la pelota al contrario. Lo hizo desde la máxima exigencia y con más de una voz cuando sus futbolistas no se movían como él exigía. Por eso, igual que el Sargento de Hierro se cambiaba cada mañana la camiseta para mantener a su pelotón con la atención máxima, Mou no para de insistir a sus jugadores para que no se despisten ni piensen que la Liga está ganada a pesar de la ventaja. "Más atención, más presión, más defensa", les dice el técnico en cada entrenamiento.
La obsesión de Mourinho es evitar que esos despistes defensivos que tiene el Madrid en los partidos ligueros en el Bernabéu se trasladen a la Champions. Por eso, insiste machaconamente a sus jugadores, ahora más que nunca, con la regla número úno para ser campeón de Europa. "¿Cuál es la primera norma para ganar la Chempions?", dice al vestuario. "No encajar goles en casa", responde siempre alguno, aunque todos se saben la lección. Mou es consciente de que encajar goles en el Bernabéu es una prima de riesgo inasumible si el Madrid quiere cotizar al alza en el mercado de la Champions.
